lunes, 26 de marzo de 2012

A B A N D O N O


La verdad es que fue muy fácil, te parecería increíble lo mucho que se hace cuando eres tan sigiloso al huir, creas el escenario perfecto, sabes aprovechar momentos, te escondes en los pequeños rincones de la confianza , zigzagueando celosamente en la penumbra, fortificando las murallas de los recuerdos con un poco de miedo y una pequeña dosis de frustración... todo esto hace que el momento.... los momentos....  sen ni más ni menos, sólo lo necesario para crear esa cortina de humo en la que sencillamente desapareces sin dejar rastro, ni una sola marca en la memoria del corazón.

Ese corazón tan ajeno a ti, tan bellamente esculpido, te abraza y te seduce, hace que lo desees una y mil veces... el deseo... quizá solo nace de aquello que no podemos poseer, por eso siempre he deseado tu corazón magnánimo, solo que así me quedé, deseándolo, anhelando su calor, contemplando cómo se abre al mundo y cómo se cierra ante mi presencia.

Me aferro al ocaso de la vida, a lo doliente de la existencia, me hallo ante lo imponente de mi ser, contemplo ese cuerpo forastero ya cansado de tanto andar, cansado de fundirse con otras vidas, otros mundos, ya harto de morder y de rasgar, harto de permitir que sea invadido, harto de ser ese cuerpo de mirada vacía, esa mirada antes tan caprichosa,  ahora impenetrable, quizá algún día me encuentre  y tu ya no estés ahí y yo... por fin renuncie a mi abandono.